Caco era un dios menor de Roma, hijo de Vulcano, que vivía en una gruta
del Aventino. Cuando Hércules volvía de una misión con las reses que le
había sacado a Gerión, Caco le robó cuatro vacas y cuatro bueyes.
Utilizó la artimaña de hacerlos caminar hacia atrás, de manera que las
huellas señalaran que los animales habían salido de la gruta donde los
había guardado y no que habían entrado en ella. Hércules fue engañado
por este ardid, hasta que uno de los animales mugió y puso el robo en
evidencia. Hércules mató entonces al pequeño dios ladrón, que quedó
convertido hasta nuestros días en una especie de símbolo de los
ladrones.
El nombre de Caco ha sido recordado muchas veces en la literatura en lengua
española, como en este trecho del escritor argentino Lucio V. Mansilla
en Una excursión a los indios ranqueles (1872):
Caiomuta es su hermano menor por parte de padre. Son enemigos.
Caiomuta es rico, ladrón como Caco, borracho como Baco y malo como
Satanás. Insolente, violento, audaz, aborrecido de la generalidad.
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